Breve reseña histórica

El Camino Neocatecumenal está presente en la parroquia de Santa Joaquina de Vedruna de los Padres Carmelitas desde prácticamente los primeros momentos en que se inició, por orden del Arzobispo Dr. Modrego, la andadura pastoral de la que es la parroquia con menor demarcación territorial de la diócesis.

 

Mientras la parroquia fue erigida canónicamente un 6 de noviembre de 1965, bajo la advocación de Santa Joaquina, no fue hasta 1969 cuando se bendijo provisionalmente el Templo. Hubo que esperar hasta el año 1974 para que el entonces Arzobispo, el Cardenal Narcís Jubany, llevara a cabo la solemne bendición de la nueva Iglesia y la consagración de su altar mayor.

 

Dos años antes, durante el mes de septiembre de 1972, llegaron dos itinerantes de manera inesperada, que habían desembarcado previamente en Barcelona, para anunciar la Buena Noticia en las parroquias que encontraran a su paso y ofrecer el Neocatecumenado como una ‘iniciación cristiana de adultos’ para formar pequeñas comunidades en la parroquia en las que se viviera como la Sagrada Familia de Nazaret, en humildad, sencillez y alabanza.

 

El entonces párroco, el P. Joan Colldecarrera, los recibió y acogió con entusiasmo, y después de escucharlos pidió iniciar lo que aquellos itinerantes anunciaban como un fruto del reciente Concilio Vaticano II para la nueva evangelización. Fue aquel mismo año, en el mes de octubre, cuando tuvo lugar la primera catequización en la parroquia para formar una comunidad. Después de varios meses de catequesis, siguiendo los esquemas de los Hechos de los Apóstoles y profundizando en la predicación del Kerygma, la celebración penitencial y la entrega de la Biblia, después de la convivencia final nació, un 13 de diciembre de 1972, la primera comunidad neocatecumenal de la parroquia.

 

Desde entonces, la pequeña y frágil semilla que nació por la predicación de dos ‘apóstoles’, al amparo de la Orden Carmelita, que ha trabajado y ayudado sirviendo como Pastores del rebaño, se ha convertido en un árbol que sobrepasa la demarcación territorial y que llega a numerosas naciones en todo el mundo.

 

Desde entonces cada año se han ido repitiendo las catequizaciones en la parroquia, cuyo contenido central es el Kerygma apostólico, y que han sido escuchadas por más de dos mil quinientas personas, muchas de ellas alejadas de la Iglesia. Fruto del trabajo evangelizador han nacido un total de 15 comunidades, que en su conjunto suman cerca de 700 personas adultas y alrededor de 400 niños, menores de 14 años.

 

Acabado el periodo de catequesis y en la convivencia conclusiva, se propone a los que han ido asistiendo a las mismas el formar una pequeña comunidad que a través de un itinerario formativo, y siguiendo la pauta del ‘Catecumenado de Adultos’ marcado por el RICA (Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos) buscará redescubrir el propio Bautismo para llegar a una fe adulta. Este itinerario bautismal, siguiendo el esquema del catecumenado en la Iglesia primitiva, busca devolver a la fe a aquellos bautizados que se han alejado de la Iglesia, fortalecer la de los que la viven e incluso, y cada vez más, proponerla y fomentarla en aquellos que ni tan siquiera están bautizados.

 

Con el Neocatecumenado se abrió en la parroquia de Santa Joaquina de Vedruna una nueva pastoral parroquial, la de la evangelización, para afrontar los desafíos actuales de la secularización y descristianización de los que habla la ‘Gaudium et Spes’ del Concilio Vaticano II: ‘Muchedumbres cada vez más numerosas se alejan prácticamente de la religión. La negación de Dios y de la religión no constituyen, como en épocas pasadas, un hecho insólito e individual; hoy en día se presenta como exigencia del progreso científico de un cierto humanismo nuevo’.

 

El hecho de vivir y celebrar en pequeñas comunidades los misterios de la fe ha permitido y facilitado, a través de un trípode de Palabra-Liturgia-Comunidad el encuentro personal con Cristo, y ha suscitado numerosos frutos, muchos de los cuales hoy se están empezando a ver y recoger.

 

Ya son cuatro las comunidades de la parroquia que han terminado el tiempo de la iniciación cristiana propuesto en el Neocatecumenado, y que han renovado solemnemente sus promesas bautismales en la Catedral, la primera en 1996 y la última en la pasada Vigilia Pascual de 2011. Las siguientes continúan, cada una en una etapa del proceso y en función del tiempo de inicio del mismo, recibiendo los dones y misterios de la fe de manera paulatina por varios equipos de catequistas que transmiten lo que a su vez ellos mismos han recibido (1ª Cor. 15, 3-5)

 

 

 

 

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