Tras un ministerio de tres años al frente de nuestra Parroquia ha llegado el momento de despedirse del Padre Gaspar que inicia este septiembre una nueva andadura pastoral en el convento carmelita de Olot. Tras una serie de vicisitudes que han motivado su traslado, nuestra Parroquia quiere agradecer al Padre Gaspar estos tres años de servicio como Rector, que han sido años de los más fructíferos en impulso pastoral y misionero. A pesar de llegar en un momento muy delicado, con el inicio de la pandemia de la Covid19, el Padre Gaspar ha sabido escuchar, captar y respetar la idiosincrasia de nuestra Parroquia, una de las más pequeñas en cuanto a territorio se refiere, pero sin ninguna duda una de las más vivas de nuestra archidiócesis y con tantos frutos de conversión y de ardor vocacional y misionero.
Faltan los adjetivos para definir y agradecer al Padre Gaspar estos tres años de árduo trabajo con tantas personas y pastorales… el sabe el cariño que todos le hemos cogido porque ha sido un verdadero Pastor que se ha entregado a su rebaño en alma y cuerpo, de manera decidida y siempre alegre. Especialmente destacables ha sido, gracias a su interés y dedicación, la celebración de los 50 años del Camino Neocatecumenal en la Parroquia, todo un acontecimiento que duró un año y en el que incluso participó para sellarlo nuestro Cardenal, Mons. Omella. Y también gracias a él pudimos dar inicio a la pastoral de postconfirmación, que tanto bien está haciendo en tantos jóvenes que hoy están desorientados en esta sociedad descristianizada.
Padre Gaspar, te vamos a echar mucho de menos… y con dolor en el corazón nos despedimos de ti como Rector, pero seguirás siendo siempre para nosotros un Padre que velará allí donde esté por sus hijos. Reza por nosotros como nosotros lo haremos por ti, y esperamos verte en alguna ocasión nuevamente por la Parroquia para dar gracias a Dios por tantas maravillas de su amor y porque eterna es su misericordia.