Entrevista con el coordinador de la peregrinación de los iconos en Brasil
Por Thacio Siqueira
FORTALEZA, jueves 31 mayo 2012 (ZENIT).- La juventud mira a la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) “como señal de amor de Dios por nosotros, dijo el padre Antonio Ramos do Prado SDB, conocido como padre Toninho.
El padre Toninho concedió a ZENIT una entrevista explicando cómo está acogiendo Brasil los símbolos que peregrinan por las diversas diócesis. El padre Toninho es asesor de la Comisión Episcopal Pastoral para la Juventud y coordinador nacional de la Peregrinación de los iconos de la JMJ en Brasil.
—P. Toninho: Son jóvenes de todas las clases sociales. Jóvenes del campo y de la ciudad. Jóvenes de las pastorales de la juventud que viven su ministerio en las comunidades rurales, en los medios populares, en el mundo estudiantil, en las comunidades de base en nuestras parroquias de Brasil. Son jóvenes de movimientos, de nuevas comunidades, del mundo universitario y de las congregaciones que tienen un carisma dirigido a la evangelización de la juventud.
¿Qué mirada tienen los jóvenes hacia la Cruz de la JMJ?
—P. Toninho: Muchos la miran pidiendo a Dios libertad. Por ejemplo, cuando la Cruz pasa a la prisión, los jóvenes presos piden a Dios liberación de las cadenas. Cuando el joven es desempleado pide a Dios empleo, cuando es toxicómano pide a Dios cura, cuando va mal en la escuela pide a Dios que mejore… otras miradas son de piedad y agradecimiento. Algunos procuran mirar la Cruz, entender el sufrimiento de Cristo. pero muchos miran a la Cruz como señal de Amor de Dios por nosotros. Como esperanza, pues Cristo vive. El mirar más conmovedor que vi fue el de un joven en la prisión pidiendo a Dios curar a su madre que tenía cáncer. En fin, las miradas siempre buscan la misericordia de Dios.
¿La Cruz de la JMJ puede convertir a alguien?
—P. Toninho: Sí. Cuando la Cruz pasa en medio de la multitud, muchas personas que no creen quieren saber por qué la juventud va detrás de una Cruz de madera. Entonces empieza a buscar respuestas a sus inquietudes. Un joven de la Universidad de Teresina-Piauí, en el calor de un debate entre fe y razón, cuestionó la existencia de Dios. Luego, en un determinado momento, cuando los jóvenes de la archidiócesis entraron en el salón de debate con la Cruz y cantando la música “en el pecho yo llevo una cruz”, cambió de opinión, pues en ese momento aseguró que la fe va más allá de la razón.
¿Qué se espera del paso de la Cruz de la JMJ en Brasil?
—P. Toninho: Que ayude a la juventud a fortalecer la fe y principalmente a vivir intensamente la propuesta del Documento de Aparecida, o sea, ser verdaderos discípulos de Cristo y auténticos misioneros. Esperamos que la Cruz ayude a los jóvenes a reafirmar su opción fundamental por Cristo y por la Iglesia. Que ayude a los jóvenes a hacer su proyecto de vida y pautar su camino a través del mismo. Que ayude a los jóvenes a no perder de vista la ternura de Dios.
¿Cuál sería el legado especial que la Cruz podría suscitar en los jóvenes?
—P. Toninho: El índice de mortalidad juvenil en Brasil aumenta cada año. El legado importante sería que los jóvenes que están siguiendo la Cruz fueran evangelizadores de otros jóvenes para que tengan vida en abundancia.