El año de la fe y Maria

P. Alfonso Moreno, O. Carm.

La fe es un regalo Dios. El don más precioso, después de la vida. Nunca daremos gracias suficientes por esta maravilla. Es una luz y una fuerza amorosa que nos llevan a Dios como Amigo, Padre y Señor. No es fruto del estudio, aun-que es razonable. Se puede ser un sabio y no tener fe. Y una persona sin apenas estudios y creer en Dios. Y también lo contrario.

Os digo esto porque los cristianos inauguramos en este mes de octubre un “Año de la Fe”. Lo ha con-vocado el Papa Benedicto XVI para conmemorar los Cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano II. Fue el acontecimiento eclesial más grande del siglo XX. Lo convocó el Papa Juan XXIII.

Aquel hombre bueno, ya Beato, que tuvo una corazonada genial. Este “Año de la Fe” co-menzará el 11 de octubre de 2012 y terminará el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nues-tro tiempo (Homilía de Benedicto XVI en la santa Misa para la nueva Evan-gelización, 16 de octubre de 2011).

A raíz de este acontecimiento el Papa ha publicado una carta apostólica, Porta Fidei. Siempre tan profunda y tan clara, como todo lo que escribe este Papa. Actualmente tenemos un instrumento precioso de nuestra fe cristiana en el Catecismo de la Iglesia Católica. Es un compendio sólido y actualizado de nuestra fe. Os recomiendo vivamente su lectura.

Uno de los puntos que toca el Papa en su Carta se refiere a los testigos de la fe. Entre ellos sobresale la Virgen Santísima. Es precisamente el aspecto que resalta el Evangelio. Su prima santa Isabel la proclamó dichosa, bajo el impuso del Espíritu Santo: Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor (Lc 1,45).

A esta Virgen, pere-grina de la fe, le rezo yo hoy: Santa María, ¡dichosa tú que has creído! Ilumina nuestra fe cristiana. Fortalécela en las noches oscuras, que nos va presentando la vida. Y danos fuerzas para ser coherentes con ella, como lo han hecho tantos hermanos nuestros a través de los siglos. Amén.

Escapulario del Carmen Octubre 2012

http://ocarm.org/es/content/ocarm/ano-fe-maria

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