La Conferencia Episcopal ultima la reforma de los cursillos prematrimoniales

Ya se trabaja en la aplicación del documento vaticano Itinerario catecumenal para la vida matrimonial, que prolongará su duración. Se harán materiales y se probarán en parroquias piloto

Uno de los temas que vertebró la jornada de trabajo organizada por la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE)  para los delegados de esta pastoral fue el de la formación para el matrimonio.

Se hizo sobre la base del documento vaticano Itinerario catecumenal para la vida matrimonial, publicado el pasado mes de junio, en el que se propone intensificar la preparación para este sacramento, de modo que no sean solo unas catequesis que duran unas semanas y pase a ser un proceso de años

En la implantación de este nuevo modelo ya está trabajando la CEE, según confirma a Alfa y Omega Miguel Garrigós, secretario técnico de la citada subcomisión. El primer paso será la preparación de una serie de materiales y luego su puesta en marcha en diócesis y parroquias piloto.

En los materiales se ofrecerán claves para la acogida, de modo que tanto el matrimonio como el sacerdote encargados sepan hacer las preguntas precisas o situarse adecuadamente delante de una pareja. Por ejemplo, hay que tener en cuenta si las personas que se acercan son practicantes o no, o están alejados de la fe. En una segunda etapa ya se abordan contenidos, que se aterrizarán en un retiro final.

Garrigós reconoce que es importante que exista una preparación seria para este sacramento, y recuerda que los sacerdotes se preparan durante siete años antes de la ordenación y que los religioso alguno más hasta que realizan los votos perpetuos.

Otro motivo para reforzar los itinerarios es el creciente número de fracasos matrimoniales: «Algo está pasando. Estamos lanzando a las parejas de novios a una aventura y no les estamos dando las herramientas necesarias», añade. En este punto, el sacerdote utiliza un símil para advertir de la gravedad del asunto: «¿Qué pasaría si tras el día de su ordenación un sacerdote no vuelve a pisar una Iglesia? Es lo que está pasando con tantísimos matrimonios. ¿Cómo puede ser que la respuesta sea: “Me voy”?».

Cultura vocacional

Durante la jornada, que presidió José Mazuelos, responsable de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida, también se abordó la cuestión del discernimiento de las vocaciones en el entorno familiar. «Las familias pueden ser el terreno fecundo donde se manifiesta lo que Dios pide a los jóvenes.

Es importante la oración, la meditación de la Palabra Dios, la escucha, la vida de caridad…», añade Garrigós, que explica que desde la Iglesia se pueden dar pautas a las familias  para cuidar y discernir la vocación. «Queremos poner a las familias en esta clave, con la idea de potenciar y restaurar donde se haya perdido la cultura vocacional», asevera.

En su opinión, hace algunas décadas era natural que un hijo quisiera ser sacerdote o que otro se marchase a la misión. Además, en todas las familias había contacto con curas, monjas y frailes, lo que ampliaba el horizonte vital. Las distintas crisis que vivimos hoy, en su opinión, también afectan. «Todas van enlazadas. La crisis vocacional va unida a la crisis de fe, a la crisis de la familia, a la crisis demográfica…».

Fran Otero

 

 

Fuente: Alfa y Omega

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