Tras las huellas de Carmen Hernández en Barcelona

TRAS LAS HUELLAS DE CARMEN EN BARCELONA

El Camino Neocatecumenal ha nacido en Barcelona”

(Carmen Hernández , co-iniciadora del Camino Neocatecumenal)

 

Barcelona, verano de 2023

“Abriré mi boca, hablaré de las gestas de la antigüedad que hemos oído y conocido y que nuestros padres nos han contado…, contaremos a las nuevas generaciones las alabanzas del Señor, su poder y las maravillas que hizo…” (Sal.78,2-7).

“Una sola cosa le pido al Señor: habitar en su casa, contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su Templo.” (Salmo 27,4)

Esta experiencia del salmista al contemplar la belleza del Templo y al narrar la magnífica historia de salvación de su pueblo…, es la misma que brota en mi alma tras lo vivido este verano con el acompañamiento realizado a los grupos de jóvenes que, pasando por Barcelona, se dirigían a la JMJ de Lisboa.

Tras un corto periodo previo de formación académica, histórica y artística, pero sobre todo de capacitación interna de apertura a la Gracia, de aprendizaje en la CONTEMPLACIÓN, de aprender a CONTEMPLAR y ANUNCIAR lo trascendente tras lo inmanente, lo eterno tras lo histórico, la Belleza inmaterial tras el arte material…, un grupo de unos 20 jóvenes y adultos, asumimos el desbordante reto de acompañar en los días previos y posteriores a la JMJ a casi 30 grupos de más de 80, 100, 150 y hasta de 200 jóvenes por las abarrotadas calles y el metro del centro de nuestra ciudad, en lo que bautizamos como “Tras las huellas de Carmen en Barcelona”.

Ciertamente, durante unos pocos días, y más allá del cansancio acumulado, imprevistos, contratiempos y dificultades que no faltaron, Dios se manifestó, sin embargo, resplandeciente en medio de nosotros a través del arte-misión. Los milagros y signos de su presencia han sido constantes y nos han acompañado en todo momento.

Iniciábamos la ruta en el interior de la Catedral, donde pudimos cantar y salmodiar las laudes delante del altar mayor y de casi 2000 años de historia a nuestros pies o esculpidos en arte, ante la atónita mirada de turistas y lugareños sorprendidos de como el coro catedralicio hubiera mudado durante unos días el órgano por guitarras y violines, el hábito coral por camisetas, mochilas y cantimploras…, y el reducido, solemne y mayestático cabildo de canónigos por numerosos grupos de jóvenes que, como aquellos, festivamente salmodiaban los salmos y alababan a Dios.

Allí, a través de la predicación, aprendimos y gustamos de la historia de la salvación en la Iglesia local de Barcelona, de sus santos y sus maravillosas gestas: Sta. Eulalia y el martirio, S. Paciano y el catecumenado, S. Raimundo de Peñafort, los mercedarios y la lucha contra la esclavitud, el Toisón de Oro, Lepanto, el Rosario y la magnífica epopeya de defensa y construcción europea…, y sorprendidos, bendecíamos a Dios por tantas gestas y milagros que a día de hoy aun nos definen y son el legado cristiano de nuestros antepasados.

Pero, sobre todo, bendecíamos a Dios tras el relato del acontecimiento fundante del Camino Neocatecumenal a través de la experiencia Pascual de Carmen dentro de esas mismas naves catedralicias que nos abrazaban. Era la Pascua de 1962.

“La primera Pascua que yo he vivido como Pascua verdadera, con la renovación del Concilio, ha sido aquí, en la catedral de Barcelona… El Camino Neocatecumenal ha nacido en Barcelona.” (Carmen Hernández, “Notas biográficas” pg.135). Apenas podíamos contener la alegría interior y la alabanza con nuestro canto…, y la fiesta y la danza se desbordaba en el exterior del templo ante el asombro de propios y extraños…

Hacíamos también una pequeña ruta por el barrio gótico: el Museo Marés, lugar y expresión artística, a través de sus “cristos” reinantes y crucificados, de la kénosis de Carmen. También nos deteníamos en la plaça S. Jaume y en la plaça del Rei, donde evocamos nuestras raíces romanas y cristianas, y revivimos las mejores gestas colombinas y misioneras de la ciudad de Barcelona.

Tras una intrincada aventura por el metro, llegábamos a la Sagrada Familia, lugar icónico por excelencia de nuestra ciudad. El asombro era inmediato y generalizado ante la grandeza, belleza, textura y literatura de lo allí construido y esculpido, por su profundidad catequética y por su profética actualidad. Todos quedaron tocados por Gaudí a quien invocaron como un santo: revivir y valorar la familia cristiana en la fachada del nacimiento, escuchar el Kerigma y la gratuidad del Amor de Dios en la fachada de la pasión, sentirnos, en su interior, abrazados por la Iglesia, la comunidad cristiana que arropa la historia del hombre, cuyo nacimiento y destino es el Amor…, y contemplar el Jardín del Edén esculpido por la luz en la piedra…, ciertamente, nos parecía tocar el cielo. Ahí pudimos entender la belleza del mandato de la Virgen María a Kiko: “Haced comunidades cristianas como la Sagrada Familia de Nazaret

Tanto en la Catedral como en la Sagrada Familia, aun en medio de la frialdad del anonimato por el número ingente de turistas, quedamos sorprendidos por la paciencia y la acogida dispensada…, han sido casi 3000 jóvenes de los 5 continentes, muchos de países empobrecidos, los que entraron GRATUITAMENTE en tan singular templo!!! No somos del todo conscientes del milagro que esto supone y de los frutos que ha dado…!!! En no pocos momentos experimentamos la conmoción de jóvenes y catequistas por el magnífico legado recibido expresado en sus lágrimas de agradecimiento, o en su asombro frente a la historia y el arte contemplado: la familia, los santos, la comunidad cristiana, el Camino Neocatecumenal, Carmen Hernández, el Concilio, la Pascua…, y la misma Iglesia…!!!

En el corazón de los que pudimos realizar esta misión, solo nos brota agradecimiento a Dios y a la Iglesia…, la alabanza…, y la necesidad de ser custodios y testigos, a través de la historia y del arte, de tan magnífica experiencia y legado…!!!

“La Gloria de Dios es QUE EL HOMBRE VIVA,

y la vida del hombre es la CONTEMPLACION DEL ROSTRO DE DIOS…” (S. Irineo de Lyon)

Es el AMOR prometido y derramado, lo que vosotros veis y oís en este momento” (Act.2,33)

ANUNCIÉMOSLO y MOSTRÉMOSLO pues, REPLANDECIENTE…,

…para que EL HOMBRE VIVA…!!!

Padre Francisco Xavier Vila

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