Este año habrán confirmaciones en la parroquia. Os facilitamos los datos con la información necesaria para poder participar en las catequesis y la celebración del Sacramento:
-Las catequesis empiezan el viernes 15 de marzo, a las 20h. en la Sala Beato Titus
-Serán 7 catequesis, que en principio serán los días: 15, 29 de marzo, 12 de abril, 3, 17 y 31 de mayo, 7 de junio.
-La celebración del Sacramento de la Confirmación será el día 15 de junio a las 20h. con el Obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Antoni Vadell
Sacramento de la Confirmación
El Sacramento de la Confirmación, forma parte de los siete sacramentos de la Iglesia Católica y es el segundo paso en la iniciación de la vida cristiana, donde se celebra y se hace presente la acción del Espíritu Santo, quien nos une a la iglesia y nos confirma como testigos de la fe cristiana y su misión.
¿QUÉ ES LA CONFIRMACIÓN?
La confirmación es el sacramento que completa el bautismo, ya que confirma y refuerza la gracia de Dios, que habíamos recibido en él.
La palabra confirmación proviene del latín confirmatio, que se refiere al fruto de la unión; pero en el significado literal del castellano es la acción de ratificar la validez de alguna cosa.
El Sacramento de la Confirmación es el acto que representa la unión más íntima con la iglesia para recibir el don de la sabiduría y la fortaleza del Espíritu Santo, que Dios coloca en nuestro interior.
En la actualidad la confirmación reafirma la madurez del creyente, asentando la fe recibida para convertirse en un seguidor fiel de Jesucristo y miembro consciente y pleno de la Iglesia que con la fortaleza de su alma y espíritu será testigo de la acción salvífica y redentora del Señor.
¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS DE LA CONFIRMACIÓN?
En la celebración del Sacramento de la Confirmación existen diversos signos fundamentales:
-La renovación de las promesas bautismales, manifiesta volver a renunciar a todo lo que nos aleja de Dios y a aceptar todo lo que nos acerca a él.
-La imposición de manos, significa el acto de ponernos bajo la acción del Espíritu Santo.
-La unción del santo crisma, significa la unión singular con la palabra y obra de Jesucristo a través del don del Espíritu Santo.
-El beso de la paz, simboliza el abrazo y la bienvenida como parte de la Iglesia.
-Los padrinos que son el apoyo en la fe a Dios y unión a la iglesia del confirmado.
Para admitir este sacramento es necesario haber recibido una catequesis de preparación.
¿Qué aporta la Confirmación?
Permite acoger al Espíritu Santo para amar como Cristo, explica el papa Francisco
El sacramento de la Confirmación permite acoger al Espíritu Santo en el corazón y recibir sus siete dones: la sabiduría, la inteligencia, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el temor de Dios.
Lo explicó el Papa Francisco en la catequesis de la audiencia general en el Vaticano el 29 de enero de 2014, y añadió que a través del Espíritu Santo viene Cristo y nos moldea a su imagen para que podamos amar como Él.
“Cuando acogemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, y lo dejamos actuar, Cristo se hace presente en nosotros y toma forma en nuestra vida; a través de nosotros, será Él -oigan bien esto, ¿eh?-, a través de nosotros será el mismo Cristo quien orará, perdonará, infundirá esperanza y consuelo, servirá a los hermanos, estará cerca de los necesitados y de los últimos, creará comunión y sembrará la paz”, explicó.
La palabra “Confirmación” significa “unción”: a través del óleo la persona que lo recibe es formado, en el poder del Espíritu, según Jesucristo, el único verdadero “ungido”.
El Catecismo de la Iglesia Católica detalla que este sacramento confiere un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; completa nuestro vínculo con la Iglesia; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de su cruz.
La Confirmación debe entenderse en continuidad con el Bautismo, al que está vinculada inseparablemente. Estos dos sacramentos, junto con la Eucaristía, constituyen la llamada “iniciación cristiana”, en la que la persona es insertada en Cristo Jesús muerto y resucitado, y se convierte en nueva criatura y miembro de la Iglesia.
Por eso, originariamente estos tres sacramentos se celebraban en un solo momento, al final del camino catecumenal, generalmente en la Vigilia Pascual.
“Así venía sellado el camino de formación y de progresiva inserción en la comunidad cristiana, que podía durar unos cuantos años”, destacó Francisco.
El Papa advirtió que “es importante tener cuidado de que nuestros niños, nuestros muchachos tengan este sacramento: todos nos preocupamos de que estén bautizados y esto es bueno, ¿eh? Pero tal vez no tengamos tanto cuidado de que reciban la Confirmación: quedan a mitad de camino y no reciben el Espíritu Santo, ¡eh!, ¡que es muy importante en la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante!”.
“¿Estamos, de verdad, preocupados de que nuestros niños y muchachos reciban la Confirmación? –planteó-. Es importante esto: es importante. Y si ustedes tienen niños o muchachos en casa que todavía no la han recibido y tienen la edad suficiente para recibirla, hagan todo lo posible para acabar esta iniciación cristiana para que ellos reciban la fuerza del Espíritu Santo”.
Finalmente, destacó la importancia de ofrecer a los que reciben la Confirmación “una buena preparación, que debe tener como objetivo conducirlos a una adhesión personal a la fe en Cristo y despertar en ellos el sentido de pertenencia a la Iglesia”.
“La Confirmación, como todo sacramento, no es obra de los hombres, sino de Dios, que cuida de nuestras vidas para moldearnos a la imagen de su Hijo, para que podamos amar como Él –concluyó-. Y hace esto infundiendo en nosotros su Espíritu Santo, cuya acción impregna a toda la persona y durante toda la vida”.